Cartas


Os presentamos una nueva sección en la web, esperamos que ayude tanto a los adoptados como a las mamás que renunciaron a sus hijos por necesidad. Deseamos acercaros la visión y los sentimientos tanto de unos como de otros. Es necesario perder el miedo a los orígenes, a saber la verdad, quitarnos los fantasmas que nos han rondado por la cabeza durante tantos años y poner sentimientos a la persona que cada uno busca (hijo o madre biológica)
Las cartas aquí compartidas no son unas en respuesta de otras. Son de personas distintas que han vivido la adopción una como hijo adoptado y otra como madre biológica, no comparten lazos sanguíneos entre sí.

 

Querida mamá biológica:

  
Últimamente los niños adoptados de San Ramón salimos mucho en televisión y en la prensa.. Sé que es una historia que te puede hacer daño, traerte recuerdos que has intentado esconder en tu memoria porque te hizo sufrir mucho lo que viviste en ésa época, tanto si renunciaste a mí como si no. También sé que tú no tenías ni idea de las prácticas irregulares que se cometían en dicha clínica, tú no estabas en esos momentos para indagar nada ni para sospechar de nadie, no es culpa tuya. No quiero que tengas miedo de lo que oyes en televisión, no todo es tan negro ni tan blanco. Normalmente son tonos más bien grises. Yo no soy un juez inquisidor ni tampoco pretendo serlo.
Yo sé que eres una mujer fuerte porque si has podido superar aquel duro momento y continuar con tu vida, lo eres. No quiero que lo dudes. Estoy orgullosa de ti porque en cierta medida, yo soy un pedacito tuyo así que nada haría que me avergonzase de ti seas quien seas. 
  
Necesito que sepas que te busco. No siempre lo he hecho con las mismas fuerzas porque debes saber que tú y yo nos parecemos mucho en cuanto a sentimientos. A veces el dolor que te provoca la pérdida que has sufrido (tú de un hijo y yo de la mamá que me creó, de mis raíces) hace que aparquemos las cosas en nuestra cabeza, que no pensemos en ellas porque parece que cuando piensas a menudo en algo que te duele, nunca termina. Pero indudablemente ningún hijo adoptado olvida a su madre biológica, ni ninguna mamá biológica olvida nunca que dio a luz a un hijo que no tiene con ella.
  
Yo soy feliz con mis padres adoptivos, son mis padres. Ellos me quieren, me han cuidado siempre y era alguien muy deseado para ellos. No son egoistas y actualmente me ayudan a encontrarte, a saber la verdad de lo que en San Ramón ocurrió porque ellos también se sienten víctimas y quieren que yo pueda acceder a conocer mis orígenes, a conocerte a ti. No pienses que te busco porque no he tenido felicidad en mi familia y busco que retomes tu papel de madre, eso no es así. Yo te busco porque deseo conocer mis orígenes, deseo mirar a tus ojos una vez, saber quién es la mujer que me dio la vida, qué cosas te gustan, en qué cosas nos parecemos…. Cuando miro hacia mi pasado sólo veo sombras producto de la falta de información, tú aportarías las piezas del puzzle de mi vida que me faltan para construir completamente mi identidad. Me harías completamente feliz si accedieras a hablar conmigo un rato.
  
Contemplo la opción de que tengas otros hijos y un marido, a lo mejor por miedo no has querido decirles nada de mi existencia, por miedo a ser juzgada, tú les conoces mejor que yo, no puedo aconsejarte que se lo cuentes para compartir con ellos tu carga, porque incluso yo no le he explicado a todos los que me rodean mi adopción. Por eso no temas porque no vuelvo para complicarte la vida, sino para que tú y yo cerremos un capítulo doloroso, para no tener que imaginar más, no tener que pensar en más opciones y si tú quieres, sólo si tú también estás de acuerdo, poder darnos el abrazo que nos quedó pendiente el día que nací.
  
Por favor no tengas miedo. Te busco por estas vías porque debido a lo ocurrido en San Ramón no puedo hacerlo de otra manera. Nos han arrebatado el derecho a si en el futuro ambas partes queríamos, poder localizarnos, poder hablar, poder ponernos cara.
  
Yo sé que piensas en mí, yo también pienso en ti a menudo, sé que no has olvidado que existo y me gustaría que vieras esta plataforma como la forma de poder contactar conmigo. No me importa que hayas deseado dejarme en adopción o que no fuera tu idea, independientemente de éso, yo quiero localizarte y poder charlar contigo. Hace 29 años me regalaste la vida, por favor, hazme el regalo más importante para mí, la identidad.
  
Te quiere,
  
Tu “bebé”
 
 

Querida niña:

 
Verás, no sé realmente cómo empezar… Me dijeron que eras una chica pero viendo que los intermediarios mintieron en todo, tengo dudas de que puedas ser un chico (bueno, un hombre ya…)
No me siento con el derecho de llamarte hija, no porque no lo desee sino por si a ti te ofendiera. Por nada del mundo quiero darme ningún derecho que no me pertenezca o que tú no consideres oportuno.
 
Las personas que conocen este hecho, me dicen que deje las cosas como están, que todo esto me puede hacer más daño que bien. Pero aunque lo dicen sin mala intención, ellos no pueden entender realmente mis sentimientos porque no han vivido esta situación.
Creo que todo lo que nos pasa en la vida es porque tenemos que aprender una lección, aún no sé qué es lo que tengo que aprender de todo esto, sólo sé que desearía verte, abrazarte, hablarte…
 
Durante el embarazo estaba todo el día sola, bueno lo cierto es que no me sentía sola porque estábamos juntas y yo te contaba lo asustada que me sentía y tu parecías entenderme porque me dabas tus pataditas para darme ánimos y yo te abrazaba como se puede abrazar una barriga y tú correspondías… Aunque no te lo creas, eras todo para mí… Pensaba y pensaba en cómo podría sacarte adelante si no tenía una casa, no tenía un padre para ti, no tenía trabajo, no tenía estudios, preparación, no tenía dinero, sólo tenía mucho amor que darte pero por desgracia eso no pone un plato en la mesa, no te viste, no podía darte lo básico…
Al principio no se me había pasado por la cabeza darte en adopción, me fui de casa de mis padres e iba por la calle preguntando a todo el mundo si podrían darme trabajo, me sorprendió tanto la falta de humanidad ya que a nadie parecía importarle ver a una niña de 15 años embarazada durmiendo en la intemperie. En aquellos momentos tuve mucho miedo por ti, estaba rodeada de buitres y de esta manera conocí a las personas que me dijeron que ellas podrían ayudarme. ¿Te imaginas? Yo creí en ellas y pensé que podría trabajar para ellas y cuidarte yo misma; me sentía tan feliz… Posteriormente y poco a poco se encargaron de hacerme ver que lo mejor sería darte en adopción porque yo no estaba capacitada para la maternidad, no me dieron un trabajo, ni ayuda para ser fuerte para cuidar de ti… Yo era una chica insegura, mis padres siempre me dijeron que no servía para nada, que era tonta, fea y era una inútil, estaba llena de complejos y baja autoestima. Fue entonces cuando empecé a pensar en la posibilidad de la adopción porque podrías tener un papá y una mamá, comodidades, educación y una vida que yo no podría darte por mucho que quisiera. Quería que tuvieras lo que yo no tuve.
 
Pensar en ello me desgarraba el alma, no podría darte los abrazos que tenía para ti, pero era lo mejor, lo sé, tengo la certeza que dadas las circunstancias era lo único que podía hacer para poder darte lo que tu merecías… Cuando llegó el momento del parto esperaba poder verte aunque fuese un poquito y recordar esa imagen para siempre pero no fue así, en el mismo momento de la expulsión me durmieron y cuando desperté, ya no estabas, te busqué pero estaba vacía…Así me sentí, vacía, mutilada….
 
Hace unos días busqué en Google como se sienten los adultos adoptados y unos decían que se sentían abandonados, otros sentían rabia, otros indiferencia y estos últimos decían que a ellos no les interesa para nada saber de sus orígenes; que lo que realmente les importaba era el presente y lo que tenían ahora, que no necesitan saber quien les dio la vida.
 
No quisiera que si estás en el último de estos grupos, pensases de esa forma por sentir miedo a conocerme, miedo a conocer qué ocurrió contigo,  miedo a que yo pudiera  interferir en tu vida actual. No voy a hacer nada con lo que tú no te sientas a gusto, sólo quiero saber quién eres, saber a qué te dedicas, si tienes unos padres que te han dado amor, si estás casada, si has tenido hijos…
Si alguna vez, en lo más profundo de ti, te has preguntado sobre tu pasado y deseas despejar tus dudas sobre mí, quiero que sepas dónde puedes encontrarme.  Me gustaría que supieras que yo sí necesito verte, saber si el sacrificio que hice hace 29 años ha merecido la pena. Si tienes la necesidad de conocerme te estaré esperando ilusionada, se me acelera el corazón cuando imagino que eso pudiera ocurrir algún día y sobre todo cuando pienso en poder darte el abrazo que anteriormente no pude.
 
¿Sabes? Yo no pienso en ti a veces, pienso en ti a diario. Cuando tenías días, semanas, meses, años… Te intentaba poner cara en todos los niños que veía. He pasado los últimos 29 años preguntando a los papás la edad que tenían sus hijos para poder imaginarte, y si me lo permitían, los cogía en mis brazos y me imaginaba que eras tú. En mi soledad he celebrado todos tus cumpleaños, no he dejado de pensar en ti, en todos mis días has estado presente.
 
Ojalá en un futuro no muy lejano tenga la oportunidad  de conocerte, y si tú me lo permites de explicarte las circunstancias en las que me vi envuelta para tomar esa decisión tan dolorosa y que podamos tener la relación que tú quieras que tengamos y que yo, en cualquiera de los casos, anhelo desde el mismo momento en que tuve que renunciar a ti.
 
Mientras espero acepta este beso mío,
 
Tu madre biológica.